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MASAJE PERINEAL
Existe evidencia científica de que la práctica del masaje perineal durante el embarazo es útil para reducir el trauma perineal en el parto, como los desgarros o la necesidad de realizar una episiotomía.
Esta técnica contribuye a:
- Preparar los tejidos alrededor de la vagina, estirando y restableciéndolos e incrementando la elasticidad del periné.
- El masaje perineal ayuda a la mujer a familiarizarse con la sensación de estiramiento de los músculos de esa zona.
RECOMENDACIONES PARA EL MASAJE PERINEAL
- Realiza una correcta higiene de las manos.
- Conviene vaciar la vejiga antes de empezar.
- Para mejorar la circulación y que se reciba mejor el masaje, puedes darte una ducha templada o un baño de asiento de 10 minutos para relajar la musculatura del periné.
- Puedes colocarte en cuclillas o semisentada, apoyada contra una pared.
- Si es automasaje, usa el dedo pulgar. Si te lo va a realizar tu pareja, que utilice el dedo índice corazón.
- Para lubricar los dedos puedes utilizar aceite de oliva, de almendras, rosa mosqueta o un lubricante acuoso. Los aceites naturales son los más indicados por sus demostradas propiedades hidratantes; en su composición destaca un alto porcentaje de ácidos grasos insaturados (linoleico y linolénico) que en el organismo actúan facilitando la regeneración celular de membranas y procesos reparativos de tejidos. Lo ideal es que el aceite esté templado; aplícalo también en la vagina y el periné.
IMPORTANTE!!
Se realizarán el masaje aquellas mujeres embarazadas que NO PRESENTEN ni INFECCIÓN URINARIA o VAGINAL ni AMENAZA DE PARTO PREMATURO
COMO REALIZAR EL MASAJE PERINEAL
- Separa las piernas, introduce el o los dedos en la vagina 3 o 4 centímetros. Presiona la zona del periné hacia abajo (hacia el recto) y hacia los lados de la vagina, con un movimiento firme pero delicado, estirando la zona hasta que sientas una leve sensación de quemazón o escozor. A continuación desliza el dedo desde la vagina hacia afuera y viceversa, manteniendo una ligera presión durante dos minutos.
- Coloca los dedos en la entrada a la vagina (horquilla) y realiza una presión hacia abajo, durante unos dos minutos hasta que notes molestia. Esto te ayudará a imaginar la presión que ejercerá la cabecita del bebé en la zona, ayudándote a relajarla.
- Después coge esta zona entre el dedo pulgar y los opuestos a modo de pinza y realiza un movimiento de vaivén, para estirar la vagina, los músculos que circundan y la piel del periné. Realiza este movimiento entre dos y tres minutos.
- Para terminar, manteniendo los dedos en la misma posición, realiza estiramientos desde dentro hacia afuera. Esto ayuda a relajar e imaginar la presión que ejercerá el bebé en el parto.
- La frecuencia del masaje será de al menos 3 veces por semana durante 10 minutos.